(Jueves 21 de Julio)
Hoy prácticamente el día completo lo perdimos en el largo viaje hacia Bujará por el desierto de Kyzyl Kum. El camino dura unas 8 horas, y la carretera es bastante mala, sobre todo el primer trozo y el último llenos de baches.
Paramos a comer en Kizilqum Teahouse. El guía llevaba nuestra comida (tomate, pepino, empanadillas, bocadillo de queso, huevo duro, bizcocho y plátano), y allí nosotros pedimos a parte unos kebabs (pinchos morunos) por 5.000 sums cada uno (aproximadamente 1€), y unas cervezas 7.000 sums cada una.
La verdad es que echamos de menos alguna parada por el camino para visitar algo en el desierto, o incluso en algún mirador para tener una panorámica bonita. No salimos del autocar nada mas que para comer y para ir al “servicio”.
Llegamos a Bujará al hotel Asia Bujara, muy bien situado a dos pasos de la plaza principal. Salimos a dar un paseo y nos sorprendió muchísimo el magnífico ambiente que tiene la ciudad por la noche.
Cenamos en el hotel de nuevo el menú típico: ensaladas de verdura, sopa y carne. En esta ocasión la carne picada estaba acompañada de patata cocida y tomate en forma de milhojas. Estaba bueno, sin ser nada espectacular.
(Viernes 22 de Julio)
Hoy realizamos la visita de los monumentos de Bujará. En primer lugar visitamos el mausoleo de Samani. Es curioso visitarlo si te pilla de camino, pero no merece demasiado la pena desplazarse hasta allí solo para ver el mausoleo.
Después visitamos la mezquita Bolo Hauz con su bonita fachada adornada con columnas de madera, y la ciudadela de Ark, cuya visita es prescindible: La ciudadela está bastante destruida, en las estancias han habilitado un pequeño museo no demasiado interesante, y aunque está en un alto tampoco tiene buenas vistas de la ciudad. Sí merece la pena ver la fachada y la muralla de la ciudadela e ir paseando hacia el conjunto Poi-Kalyan.
Rodeando la muralla por la parte exterior, nos dirigimos caminando hacia la imponente plaza formada por la madrasa Miri-Arab y la mezquita Poi-Kalyan, una de las zonas mas bonitas de la ciudad.
Visitamos el interior de la mezquita, con su enorme, bonito y tranquilo patio. De nuevo a pie fuimos hacia la madrassa Abdulaziz Khan y la mezquita Toki Zargaron pasando por una zona de pequeñas tiendas (también en el interior de la mezquita).
Después de visitar los monumentos mas importantes, fuimos a comer al restaurante Old Bukhara, justo al lado del hotel. Comimos ensalada, empanadillas de pescado muy buenas, sopa con carne arroz y yogur (en un cuenco a parte para echarlo en la sopa) muy buena también, carne a la brasa de ternera y pollo, y de postre un increíble coulant de almendra. La cerveza costaba 9.000 sums (aprox. 1,5€)
Después de comer visitamos la plaza de Lyab-i Hauz, la madrasa Nadir Divan-Begi que tiene tiendecitas en su interior con productos bastante interesantes y originales (aunque no baratos…), vimos un pequeño taller de marionetas, y pasamos por la mezquita Magoki Attor de vuelta al hotel para descansar.
Sobre las 8 cenamos en el restaurante Adras, un bonito restaurante de 3 pisos con un patio central situado en un antiguo caravanserai, en el que estuvimos completamente solos. Cenamos bien, aunque lo mas llamativo es el propio restaurante y su decoración.
Después de cenar disfrutamos de unas cervezas en la plaza Lyab-i Hauz, hasta aproximadamente las 22:30 que quitaron la música y apagaron las luces: claramente nos estaban echando 🙂
(Sábado 23 de Julio)
Hoy nos toca salir a las afueras de Bujará. La primera visita del día es el mausoleo de la madre de Bahauddin Naqshband, muy interesante porque al ser un lugar sagrado hay gran cantidad de fieles rezando. Es recomendable seguir por el camino a la derecha del mausoleo hasta una segunda zona con menos turistas aún.
Después fuimos al Palacio de verano (Sitorai-Mokhi-Khosa), que no tiene nada de especial, es completamente prescindible, y a continuación visitamos el mausoleo Chor Bakr, muy bonito, merece la pena pasear por los alrededores para poder ver las tumbas que lo rodean.
Después de visitar los alrededores volvimos a Bujará y visitamos la madrasa Chor Minor, muy bonita y original con sus 4 minaretes, merece la pena visitarlo. El interior estaba cerrado, pero lo interesante es el exterior.
Volvimos a comer cerca de la plaza Lyab-i Hauz, esta vez callejeando un poco, comimos en un “restaurante-taller-tienda de telas” bastante acogedor y original. Aquí comimos el mejor Plov de todo Uzbekistán.
Después de comer volvimos a hotel a descansar, y a las 7 fuimos a la madrasa Nadir Divan-Begi a ver el espectáculo de bailes regionales y desfile de moda. Una extraña pero interesante combinación. Bonitos bailes, con música en directo tocada con instrumentos tradicionales y un desfile de ropa bastante original (Después del desfile podías comprar la ropa mostrada, aunque era algo cara). El espectáculo no entraba en el tour, y pagamos 10 dolares por persona.
Después del espectáculo cenamos en un restaurante al que se accedía por la Casa Museo Fayzulla Khodjaev. El restaurante muy bonito y acogedor aunque está bastante alejado del centro en una zona muy poco iluminada en la que no se veía ni un alma.
[Todas las etapas de la ruta y el mapa completo en: https://www.adictosaljetlag.com/index.php/diario-de-uzbekistan/]
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