Hoy es el día de la visita a Tam Coc, o como la mayoría de gente lo conoce: “Bahía de Halong seca”. A las 8 salimos en coche hacia allí, y después de unas 2 horas y una buena siesta llegamos a la ciudadela de Hoa Lu y visitamos el templo del emperador Dinh Tien Hoang. De allí nos dirigimos hacia el embarcadero Van Lam para hacer el recorrido por Tam Coc.
Por la zona no hay demasiados restaurantes asi que preferimos comer algo rápido por el camino y merendar más tarde en Hanoi. Cerca del embarcadero cogimos algo para ir comiendo durante el paseo en el barco: un bocadillo y un plato de arroz frito con cerdo seco (lo venden seco, y se puede comer tal cual tipo arroz inflado, o lo puedes poner con agua para que quede blandito). El arroz seco no está mal… me recordaba un poco a los “Monchitos” que comíamos de pequeños.
El recorrido en el barco dura unas dos horas y está completamente orientado al turismo. Llegas a un embarcadero en el que hay cientos de barquitas esperándote (cuando nosotros llegamos estaban casi todas las barquitas aparcadas sin conductor) y te llevan por un canal, una barquita detrás de otra hasta el otro lado del recorrido, donde te esperan más barquitas que intentan venderte souvenirs y bebidas (según te dicen, para las barqueras). Cuando se dan por vencidos de intentar venderte algo, media vuelta por el mismo caminito y de nuevo al embarcadero. No deja de ser una turistada, pero al menos el paseo es relajado, y el paisaje es bonito (aunque no tanto como la Bahía de Halong “húmeda” que vimos después), aunque es cierto que si volviésemos a Vietnam no haríamos ésta excursión…
Después del paseo en barca montamos de nuevo en el coche y volvemos a Hanoi sobre las 4. Como esa noche tenemos el tren a Sapa nos dejan en el hotel “Cosiana” donde nos guardan las maletas y nos dejan la tarde libre hasta que llegue la hora de ir a la estación. Ya que teníamos mucho tiempo libre decidimos visitar la prisión de Hoa Lo por nuestra cuenta, que estaba muy cerca del mini-hotel.
Como habíamos comido poco fuimos a “merendar” a uno de los sitios de Bahn Mi que teníamos localizado, Bahn-Mee, en un lateral de la catedral. El bocadillo estaba muy bueno, el lugar muy limpio, y vimos a gente local comiendo allí que eso siempre es buena señal.
Ya que estábamos al lado de la catedral decidimos entrar a verla, y fue una grata sorpresa cuando vimos que estaban dando una misa y la iglesia estaba a tope de gente (era sábado por la tarde). Para nosotros es muy curioso ver a un cura católico dando una misa en vietnamita, merece la pena verlo.
Pasamos la tarde tranquilamente dando un paseo dirección al lago, donde tomamos un helado en una terraza, y dimos una vuelta por el barrio viejo. Después de la relajante tarde de paseo, sobre las 19:30 fuimos a cenar al Quan An Ngon, que estaba al lado del mini-hotel. Pedimos 2 rollitos crujientes, 2 rollitos frescos, una especie de tortilla gigante que veíamos a todo el mundo (era como un crep crujiente que se rompía en trozos y se envolvía dentro de un rollito de arroz), dos pinchos de cerdo (buenísimos) y un plato de arroz. La comida estaba buena y al final dejamos un montón porque nos pasamos pidiendo. Eso más dos cervezas nos salió por unos 400.000 VND, 17€.
Después de cenar volvemos al hotel para encontrarnos con nuestro guía y montamos en el tren nocturno que sale a las 21:50 dirección Sapa. Por lo visto el tren que va a Sapa es un tren enooorme con un montón de vagones, y cada vagón o par de vagones corresponde a un tren-hotel diferente. Como fuimos recorriendo por fuera todo el tren hasta encontrar nuestro vagón pudimos cotillear por la ventana todos los demás, y parece que según nos íbamos acercando al principio del tren, las cabinas cada vez tenían peor pinta. El nuestro era el primero, el king express (sin duda el que peor pinta tenía de todos los que vimos) y habíamos elegido una cabina privada, que simplemente es una cabina de 4 en la que abaten las literas de arriba. Al llegar te dan un vaso, una toallita húmeda, un te y una galletita, y te venden si quieres algún refresco. En el pasillo tienen una “fuente” de agua para que puedas beber por la noche (en el resto de hoteles vimos que te dejaban botellines individuales en la habitación). En la cama tienes almohada y una especie de manta, y a primera vista se veía limpio (aunque una de las mantas tenía pelos…).
El aire acondicionado tiene dos posiciones: encendido a tope o apagado, y es común para todo el vagón, es decir, no se puede regular una temperatura diferente para cada cabina. Estuvo toda la noche el aire a tope, así que pasamos un frío horrible. El guía nos dijo que él no pasó frío (estaba un par de cabinas más al fondo) así que quizá el problema esté en que nosotros teníamos la primera cabina, o en que nosotros éramos dos y él compartía cabina con 3 personas más…
[Todas las etapas de la ruta y el mapa completo en: https://www.adictosaljetlag.com/index.php/diario-de-vietnam/]
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